¿Canjeando Banderas?

El periódico Reforma dio a conocer hoy una noticia muy interesante: México podría recuperar dos de las banderas originales que enarboló el ejército independentista en 1810, pero para lograrlo tendría que regresar a España otras dos banderas que el ejercito mexicano capturó en 1829.

Veamos primero los antecedentes: las banderas que México desea fueron enarboladas por la Compañía de Granaderos que era Capitaneada por Ignacio Allende, y formaron parte del movimiento independentista desde su inicio en 1810, hasta que Félix María Calleja, entonces comandante del ejército español, las capturó en la batalla de Puente de Calderón, el 17 de enero de 1811.

Estas banderas tienen en el anverso la imagen de la Virgen de Guadalupe, y en el reverso a San Miguel Arcángel.

Por su parte, a España le interesan mucho dos banderas que están en nuestro Museo Nacional de Historia: una que traía la expedición de Isidro Barradas en 1829, pero que al parecer es mucho más antigua, de 1715; y otra perteneciente a la Legión Real y que es de los siglos XVII o XVIII.

En 1910, con motivo de las fiestas del Centenario de la Independencia, el gobierno de España, representado por su embajador, el marqués de Polavieja, regresó a México el uniforme de campaña del generalísimo José María Morelos y Pavón, el cual fue capturado por los españoles en 1815.

Tomando este antecedente como base, el gobierno mexicano solicitó al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que con motivo de los festejos de 2010, le regresara esas banderas.

El 22 de noviembre de 2007, el panista Luis Alberto Villarreal presentó un punto de acuerdo al Senado de la República, en el que se exhortaba al presidente Felipe Calderón para que solicitara al gobierno de España la devolución de las banderas, apelando a la “tradición” surgida en 1910 con el uniforme de Morelos. En junio de 2008, Calderón formalizó la solicitud en una visita de Estado a España.

El Ministerio de Defensa de España aceptó la solicitud, pero un grupo de historiadores y militares españoles se indignaron ante ello, debido a que esas banderas ya forman parte de la historia de España, y en todo caso, ellos consideran que lo pertinente sería hacer una permuta.

El historiador español Luis Sorando Muzás, autor del libro Banderas, Estandartes y Trofeos del Museo del Ejército, 1700-1843, señala que la decisión de Zapatero está inspirada en un interés meramente político, y que no toma en cuenta la historia de España.

Por el lado mexicano, la permuta podría darse, siempre y cuando el INAH analice la situación y presente su dictamen al presidente Calderón, quien es el único que podría autorizarlo.


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