Una visita al sexenio del villano favorito


A pesar de todo lo que hagan, nuestros presidentes son recordados por pocas cosas, a veces sólo por una. Lázaro Cárdenas por la nacionalización del petróleo; Manuel Avila Camacho por la Segunda Guerra Mundial; Miguel Alemán por la modernización del país; Ruiz Cortines y López Mateos por...(¡eso lo dejaremos para otro post!) Echeverría y sus guayaberas; López Portillo y su llanto al final del sexenio; De la Madrid y el sismo; Salinas, por Colosio; Zedillo por la crisis; Fox por sus botas y Calderón por sus muertos.

En ese grupo también está Gustavo Díaz Ordaz. A él lo recordamos por una sola cosa: Tlatelolco. La balacera ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas el dos de octubre de 1968 eclipsa cualquier otro recuerdo que tengamos de ese sexenio. Hasta la memoria que tenemos sobre la Olimpiada de ese año está marcada por el movimiento estudiantil y su trágico final.

Creo que un poco de historia no le cae mal a nadie. Deberíamos esforzarnos por conocer más nuestro pasado. Tal vez eso nos ayudaría a no caer en explicaciones facilonas que no conducen a nada y que no nos permiten entender qué estamos viviendo ahora.

En su artículo "Modernización autoritaria a la sombra de la superpotencia, 1944-1968", Soledad Loaeza nos ofrece varias pistas para saber más sobre el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz; ese momento aborrecido por muchos, pero que también despierta la nostalgia de algunos (no
necesariamente por lo ocurrido en 1968, que conste):

-El sexenio de Díaz Ordaz se caracterizó por la expansión de la economía y la consolidación de un Estado centralizado, ambas tendencias venían desde el final de la Segunda Guerra Mundial y transformaron al planeta entre 1945 y 1973.

-Sin embargo, Díaz Ordaz veía nubarrones en el horizonte de su sexenio: la Guerra Fría se había convertido en un problema muy cercano desde que triunfó la Revolucíón Cubana en 1959; el modelo económico empezó a agotarse, el papel intervencionista del Estado comenzó a ser criticado, la sociedad mexicana ya no estaba tan segura de que valiera la pena un modelo de partido hegemónico, y las relaciones con Estados Unidos empezaron a enfriarse.

-El gran protagonista de esta etapa es el Estado, o más específicamente, la Presidencia de la República, que tenía la capacidad de imponerse sobre todos los demás poderes que existían en el país.

-Gustavo Díaz Ordaz llegó al poder con el 89% de los votos, su antecesor tuvo el 90%.

-El PAN tuvo 20 diputados en la Cámara, un record histórico para el partido azul, lo cual fue posible debido a una reforma electoral hecha en 1963, la cual abría las puertas del Poder Legislativo a otros grupos políticos (convenientemente controlados por el Estado, claro está).

-El Estado mexicano había logrado controlar a sus adversarios políticos, como los cristeros, el Henriquismo y las huelgas de trabajadores en 1958. Sin embargo, no contaba con los medios para acoger la creciente diversidad política que estaba viviendo el país. No había canales de comunicación efectivos entre el gobierno y sus gobernados, lo que hacía que al final esos conflictos tuvieran que solucionarse apelando a la mano dura.

-Entre 1960 y 1968, la deuda externa aumentó de 813 millones a 2500 millones de dólares. "Una cifra totalmente manejable", diría tiempo después Antonio Ortiz Mena, uno de los arquitectos de la economía mexicana.

-Entre 1963 y 1971 la economía mexicana creció 7% anual, la inflación se mantuvo en 2.8%, aumentó el empleo y el PIB per capita se incrementó en más de 3% anualmente. El tipo de cambio se mantuvo constante en 12.50 pesos por dolar.

-El Distrito Federal y el norte del país eran los más beneficiados en este modelo económico planificado por el Estado. El PIB per cápita en el DF era de 13 mil pesos, mientras que en Tlaxcala apenas llegaba a 1300.

-La clase media formaba el 40% de la población del país y se había beneficiado de la redistribución del ingreso que venía ocurriendo desde los años 50. En 1963 gozaba del 53% del PIB.

-Había más de 11 millones de mexicanos entre los 10 y los 19 años. De éstos, 786 mil estudiaban la secundaria y 146 mil la educación media superior.

-Las clases medias y altas gozaban de las comodidades de la vida urbana: teléfono, televisor, radio y refrigeradores, entre otros. Sin embargo, había pocos coches, tan sólo dos millones de vehículos privados corrían por todo México.

-La pobreza también existía en esos años. En 1970 menos de la mitad de los hogares mexicanos tenía agua corriente, y millones de amas de casa todavía cocinaban con leña o carbón.

-Entre 1960 y 1970 se distribuyeron cerca de 375 millones de textos escolares. No obstante el esfuerzo, en 1970 el 35% de la población de más de seis anos jamás había ido a la escuela. Sólo 13% había terminado la primaria, 5% la secundaria y únicamente 1.5% habia llegado a la educacion superior. 30% de las mujeres mayores de 15 años no sabia leer ni escribir.

-Si algo realmente preocupaba a Gustavo Díaz Ordaz, era el intervencionismo norteamericano, el cual había arreciado desde que Fidel Castro llegó al poder en Cuba.

-Díaz Ordaz se reunió cinco veces con los presidentes Johnson y Nixon. Intentó mantener una relación armoniosa con Estados Unidos, pero protestó cuando los norteamericanos influyeron en el golpe militar en Brasil y cuando invadieron la República Dominicana. También se quejó por el proteccionismo comercial.

-En 1969 se promulgó una nueva Ley Federal del Trabajo, la cual entre otras cosas establecía el contrato colectivo obligatorio y el derecho a la vivienda, lo que fue la base para que en 1972 surgiera el INFONAVIT.

-Otra gran amenaza para Díaz Ordaz eran los campesinos. Él sabía que, a pesar del discurso propagandístico, la Revolución Mexicana los había abandonado al preferir la industrialización. La pobreza en el campo podía ocasionar una seria crisis política.

-Díaz Ordaz repartió 24 millones de hectáreas de tierra a los campesinos. Seis millones más que Lázaro Cárdenas. Sin embargo, mucha de esa tierra no era cultivable.

-El Ejército también fue utilizado para mantener tranquilos a los campesinos. Sin embargo, en 1964 la CIA reportó que un grupo llamado Central Campesina Independiente (apoyado por Lázaro Cárdenas) estaba organizando una gran sublevación en el norte de la república.

-Desde el principio de su gobierno, Díaz Ordaz tuvo que afrontar movimientos estudiantiles en distintos lugares del país, como Michoacan, Puebla, Nuevo Leon, Durango y la Ciudad de Mexico.

-Empero, el primer gran conflicto ocurrió en 1965, cuando los médicos de los hospitales públicos se fueron a huelga porque exigían mejoras salariales y el derecho de organizarse libremente (sin tener que formar parte de la estructura laboral controlada por el Estado mexicano). El Ejército desalojó a los huelguistas de los hospitales y los médicos militares atendieron a los pacientes.

-El 30 de julio de 1968 comenzó el movimiento estudiantil, cuando una golpiza entre dos pandillas fue reprimida con excesiva dureza por parte de la policía, la cual además involucró al Ejército. La puerta de la Preparatoria Uno (ubicada en San Ildefonso) voló por los aires debido al disparo de una bazuca.

-La UNAM y el IPN comenzaron una huelga a la que pronto se sumaron otras universidades. El Consejo General de Huelga demandaba la destitución del jefe de policía, desaparecer el cuerpo de granaderos, suprimir el delito de disolución social, indemnizar a las familias de los estudiantes lesionados o muertos durante las operaciones policiacas y liberar a los presos políticos.

-Ciudad Universitaria fue ocupada por el Ejército entre el 18 y el 30 de septiembre de 1968. Se calcula que las marchas de esos días llegaron a congregar hasta 300 mil personas, una cifra inédita para ese momento en la historia de México.

-¿Cuánta gente murió en Tlatelolco ese dos de octubre de 1968? las cifras obtenidas durante el gobierno de Vicente Fox dicen que fueron 46 muertos, además de menos de cien heridos y más de mil arrestados, de los cuales 276 permanecieron en prisión hasta 1971.

-Los estudiantes regresaron a clases el 4 de diciembre, pero la relación privilegiada entre el poder y los universitarios se había roto para siempre. El último presidente que acudió a Ciudad Universitaria fue Luis Echeverría en 1975, y así le fue.

-El gobierno no pudo resolver el conflicto por vías institucionales, tenía miedo a la desestabilización general del país y a que Estados Unidos interviniera, lo que habría terminado con el régimen de la Revolución Mexicana.

-Al reprimir a los estudiantes, Díaz Ordaz creyó que el problema estaba solucionado. Jamás se dio cuenta de que con esa medida les había concedido la victoria moral.


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